La reparación es un llamado personal que Dios hace a cada uno de nosotros, un auxilio divino que atrae la misericordia de Dios sobre nosotros y el mundo entero.
REPARAR es retornar al Amor, reparar es regresar a Dios con un corazón contrito y humillado. Nos debe encaminar a una vida de santidad, a una vida de virtud... a hacer de nuestra vida un acto continuo de amor y sacrificio.
Todo cristiano católico tiene el "deber de tributar al Sacratísimo Corazón de Jesús aquella satisfacción honesta que llaman reparación. [...] compensar las injurias de algún modo inferidas al Amor increado, si fue desdeñado con el olvido o ultrajado con la ofensa. Aeste deber llamamos vulgarmente reparación" (Encíclica Miserentissimus Redemptor, Papa Pio XI)
Es así como, con nuestra reparación, consolamos los Sagrados Corazones de Jesús y de María (dos Corazones unidos por el mismo amor y traspazados por el mismo dolor), ultrajados por nuestro pecados, ingratitudes e indiferencias.
En el santo Evangelio aparecen numerosos ejemplos de reparación; Zaqueo, María Magdalena, San Pablo,... Reparación que los santos vivieron, queriendo corresponder al Amor que no es amado.
¿Acaso Dios no merece que nuestra vida sea un acto continuo de reparación, por los muchos pecados que han herido su Corazón amante?
"El Sagrado Corazón y mi Imaculado Corazón están siendo ofendidos por los pecados de los hombres; Satanás ha seducido a muchos de mis hijos, les ha robado su libertad, les ha endurecido su corazón, ha despertado en ellos la concupiscencia, las pasiones desordenadas, el apego a los bienes materiales, una búsqueda equivocada de la felicidad"
La Hora de María, n° 288
Procuramos ser dóciles a la acción de Dios, abrazando con amor las cruces que nos permite vivir en nuestra cotidianidad, como un medio de identificación con Cristo.
Procuramos un gran respeto, amor y reverencia por la sagrada Eucaristía, que es el centro de nuestra vida.
Nos dedicamos a orar y reparar desde el sagrario, acompañando a Jesús Sacramentado las 24 horas del día.
Nuestro principal campo de misión está en el Sagrario. También acogemos con alegría a las personas que visitan nuestros monasterios y que participan de los talleres, grupos de oración, desiertos y demás actividades que realizamos, con el fin de propagar el Apostolado de Reparación.
Nos dejamos guiar de la mano de la Santísima Virgen María, a la que amamos como nuestra Madre celestial, a ella nos consagramos y difundimos su devoción.
"Como alma reparadora, debes propagar el culto y amor a la Santísima Virgen María; conságrate a Ella sin reserva, déjate guiar por su dulce voz,... Como alma reparadora déjate cautivar por sus lecciones de amor, porque por medio de sus instrucciones maternales te harás santo" (Horas de Reparación, 277)
"Tomadas de sus Manos inmaculadas y con sus lecciones de amor, la aventura de la vocación es aún más bella y nos anima y sostiene en el camino de la virtud y encuentro con Jesús"
Estamos en comunión con el sumo pontífice, como vicario de Cristo y pastor de nuestra Iglesia Católica, apostólica y romana, a la cual nos adherimos con espíritu de obediencia religiosa.